El amor me acosa por todos los flancos, el amor me rodea y me pregunta, me pide mi opinión y luego se esconde, o sigue su camino.
Hoy no hay entrevistas en la agenda, hoy me voy a sumergir en el mundo eficiente del proletariado organizado. Tengo cita con un abogado de un sindicato para presentar una reclamación en el INEM. Me han visto pinta de rica y me han denegado la prolongación de la prestación que en teoría me corresponde. Es una forma de hablar. Dicen que tengo rentas familiares y que no cumplo los requisitos. “No se dejen engañar, señores protectores de esta marea humana de desempleados, que mi trench no es de Fendi sino de Zara y de hace varias temporadas, lo que pasa es que soy resultona. Pero no es mi culpa, es herencia materna”. A los señores del INEM no les puedo explicar que los asuntos de familia son asuntos de familia y que yo navego sola y estoy a punto de perder mi barco. Lo sé, es un argumento demasiado abstracto. Presentemos el recurso con el abogado y ya está. Me cojo el 27 y me bajo hasta Lope de Vega. Hay un sol radiante y el día marcha despacio y tranquilo, deslizándose entre los gigantes edificios de color gris. A mi me viene a la memoria la mañana todavía reciente en la que mi amigo el Autor y yo cruzamos Kreutberg a pie hablando del amor. Mi amigo el Autor habla mucho del amor. “Yo lo que quiero es volver a estar enamorado” me dice . “Pero si tienes un trabajo muy chulo y además te pagan muy bien. ¿Para qué quieres enamorarte?" le pregunto yo. Y él me mira pasmado, como intentando decidir si soy un monstruo, o simplemente una snob más. Entonces me recompongo y me disculpo. “Perdona, es que me acaba de poseer el espíritu de Luis Ciges en Amanece que no es poco”:
-Antonio Resines: Padre, echo de menos a madre.
-Luis Ciges: Ah, pero…¿ no te gusta la moto que te he comprado? Es una moto con sidecar.
Pues yo igual. Mi amigo el Autor dice una y otra vez que quiere estar enamorado y yo solo puedo pensar en que si tuviera una moto echaría a correr kilómetros, y el amor, si quiere, que venga. A ver si me pilla.
El edificio del sindicato es realmente feo y deprimente, y todo el mundo viste fatal. Ya está otra vez aquí mi peor yo. “ Shut up bitch!” Le increpo a Lullu-diablillo “¿No ves que nos van a echar a patadas del edificio si te escuchan y en el banco solo nos queda líquido para los dos próximos meses? Necesitamos su ayuda” me apoya Lullu-angelito. “Dios mio, ese tinte de pelo color berengena es realmente terrible” reconoce Lullu-angelito cuando llegamos a la puerta de la asesoría de Seguridad Social. “I told you” se reafirma complacida Lullu-diablillo “I can´t figure out where she got those trousers. They are the same color than her hair”. La señora del outfit berengena me dice que espere unos minutos, que está atendiendo a unos señores. Los señores son dos. Uno con gafas Trotsky y voluminoso jersey de lana y otro con gorra de marino y parca de color militar con algunas calaveras cosidas en las mangas.” Búscate un buen abogado, y que sea socialista. Pero no socialista como Zapatero” le dice el de las gafas Trotsky al de la gorra de marino. “Hay que joderse. Nosotros tenemos que apretarnos el cinturón para ayudar a Botín y a su puta madre y en cambio yo no tengo derecho a la pensión por discapacidad que me corresponde. Vaya socialismo de mierda.” le dice el de la gorra de marino al de las gafas Trotsky. Madre mia, pienso, como está el patio. Quizá debería darme la vuelta e irme de puntillas, pero justo en ese momento la señora berengena me llama y me hace pasar al despacho del abogado no sin antes darme un repaso de arriba abajo. Menos mal que ayer estuve viendo Yo, Cristina F, y por eso hoy me he fabricado un estilismo yonky-cool, con calcetines y tacones incluídos. Muy buena pinta no tengo.Con mucha imaginación a los señores camaradas les pareceré un poco friki, pero no creo que vayan a pensar que soy una intrusa. “Don´t worry” me dice Lullu-diablillo “this people are not aware of all the rubbish you have in mind. They have serious things to think about. You know. Come back to Earth, sweetie” .Así que le expongo mi caso al abogado, presento la documentación y lo dejo en sus manos. Y después cojo un taxi junto al Jardín Botánico para ir a dar mi clase de coche. Me recuesto en el asiento trasero y me dispongo a disfrutar. Recorrer la Castellana en taxi es uno de los pequeños placeres que me depara esta ciudad. Me gusta mirar los edificios y la gente desde detrás de la ventanilla, y observar al taxista por el espejo retrovisor. Este es la versión Leganés del Paul Newman de Dulce pájaro de juventud. Tiene la piel bronceada en el cuello y en la cara, y algo estropeada para su edad. Y las manos parecen ásperas, con las uñas mordidas y un poco sucias. Pero es muy guapo. Sus ojos son como dos aguamarinas, tiene el pelo fuerte y rubio ceniza, y una sonrisa bonita. Cuando llegamos al final del trayecto me dice que son diez euros con veinte. Le alargo el billete y le digo que tengo los veinte sueltos. Y cuando dejo la moneda sobre su palma él cierra levemente la mano y siento su tacto. Sutil pero clara su intención. Ha inclinado el monte de Venus y cerrado un poco la mano para tocar la mía. He sentido su tacto leve en la palma y el roce en la punta de los dedos, y le he dejado hacer. He depositado la moneda y he mantenido un segundo la mano sobre la suya. Y después he abierto la puerta del coche y le he dado las gracias. “Que tengas un buen día” me ha dicho. “Igualmente” le he contestado. Detalles así hacen que te enamores de la ciudad. Este es el tipo de amor que necesito, he pensado. Sin ningún peligro. Una amor que pasa tan rápido que no da tiempo ni a mirarlo pasar. Creo que estoy a salvo.
Como aun falta un poco para que empiece la clase me meto en el Vips más cercano, escojo un libro al azar y me pongo a leer “Se llama Lolita Palma y tiene 32 años, edad en la que cualquier gaditana medianamente lúcida ha perdido toda esperanza de casarse. En cualquier caso, el matrimonio no es, desde hace tiempo, una de sus principales preocupaciones. Son otras cosas las que la inquietan…Niña de la mejor sociedad…Educación moderna…habla, lee y escribe inglés, y se defiende en francés…lástima que se haya quedado soltera”. Levanto la mirada del libro y me quedo pensativa. Es curioso, me digo, este señor no me conoce de nada, pero aquí estoy, en sus páginas. Y cierta ensoñación romántica me coge por sorpresa y me envuelve unos segundos. ¿Dónde andará ese corsario mío? ¿En qué mar del norte, del sur, del este o del oeste estará enredado? ¿Y si no llego a cruzármelo nunca? Daría lo que fuera por toparme con él ahora mismo. Y las mariposillas de este sentimiento imprevisto vienen a ponerme incómoda al darme cuenta de que no estoy a salvo de nada, y mucho menos de sentir. Por una fracción de segundo reconozco mi deseo oculto. Y luego cierro el libro de golpe, me sonrío condescendiente conmigo misma y me devuelvo aliviada a la realidad. Anda, tontita, que eso solo pasa en los libros. El paseo en coche durante una hora por el norte de la ciudad me deja nikel para la tarde. Sesteo, leo, escribo y trabajo un poco. Pero no va a ser tan fácil, pequeña, no vas a escapar así como así. Porque me descargo una peli de una de esas páginas que quieren cerrar y aquí viene el segundo imprevisto del día. Otra vez las mariposillas molestonas y un amago de respiración agitada. Casi al final de la película, Joaquin Phoenix se acerca a la barandilla que separa el paseo de la arena en Brighton Beach. De repente la imagen me atrapa y siento un pequeño mordisco en el estómago. Tengo la mirada clavada en la esquina superior de la pantalla. Un toldo azúl con grandes letras blancas anuncia Tatiana Grill. No puedo apartar los ojos del toldo y vuelvo a perder la conciencia de la realidad. Hace nueve años yo estuve una noche sentada en esa terraza escondiéndome de una cita. Un chico venía a verme desde Europa y yo pensé que algo muy fuerte debía mover a aquel chico para venir desde tan lejos a citarse conmigo. Así que me quedé quieta en aquella terraza, rodeada de mis compañeros de clase y de algunos profesores, mirando el relog constantemente, sabiendo cuándo y donde me esperaban, pero sin moverme de allí. Luego bajé caminando con el resto del grupo hasta Coney Island y me monté en la montaña rusa y grité muchísimo agarrada al brazo de un compañero de clase. Llegué cuatro horas tarde a la cita. El chico estaba asustado y temblaba. Pensó que había cruzado el Atlántico para verme y que nunca me encontraría. Y que estaba allí solo y perdido con su ímpetu y su error. Tuve que tumbarme encima de él, en mi pequeña habitación de Alumni Hall, para que entrara en calor y dejara de temblar. Después vinieron sentimientos muy muy profundos. Aun no sé por qué hice aquello, por qué me retrasé a propósito. But with a little effort, I still can feel his heavy breathing.
El día va llegando a su fin y yo , por la noche, me reúno con los amigos en el Molly Malone para ver el partido. El ambiente es sensacional. Pintas que van y vienen. Chicos y chicas con camisetas y bufandas del Athleti cantando. Todo el mundo anima a su equipo. Y una buena parte de mi gente está entre ese mundo. Junto a mi viene a sentarse un jovenzuelo, amigo del hermano pequeño de mi amiga la del martillo. El chico me ofrece cigarrillos, me da de beber de su pinta y me pregunta qué tiene Quique Sánchez Flores para que cada vez que le enfocan le grite guapo. “Que le sienta muy bien el abrigo y que una vez le dio un ataque de risa en un rueda de prensa y me cayó muy simpático” le contesto. Cuando termina el partido el grupo decide cambiar de bar. Cruzamos San Andrés y llegamos al Evaristo. Atmósfera de club con tonos rojizos, muy buena coctelería y muy buena música. El chico es muy atento conmigo pero yo no le echo cuentas. Tiene la cara como el culito de un bebé, qué puedo decir. Estos días no juego al azar. No me arriesgo mucho, aunque reconozco que vengo necesitando un abrazo profundo desde hace algún tiempo. Uno de esos de everything is gonna be all right. No tiene porque durar más de 30 segundos, a lo sumo un minuto, y después ya cojo fuerzas y sigo yo sola. Un abrazo así es difícil de conseguir. Pero mira por donde el chico con la cara de culito de bebé sabe dar ese tipo de abrazos. Tercer imprevisto. La noche ha avanzado bastante y vamos un poco finos, eso es cierto. Pero de repente me encuentro en su abrazo, sostenida, y me susurra cosas al oído. Cosas que significan everything is gonna be all right. Y yo me quedo muy quieta y le escucho. Después cierran el bar, cada uno se va a su casa, y en la glorieta de Bilbao me pregunta “¿Estás segura de que no quieres que te acompañe a casa?” “No, muchas gracias, vivo aquí al lado”. Y me vuelvo sola pero me traigo su abrazo conmigo.
Esta semana he leído en tres medios diferentes que Damien Hirst, James Gray, Agustín Fernández Mallo y Manuel Vila dicen, con palabras diferentes, que es el amor lo que mueve el mundo. El amor me acosa por todos los flancos. El amor me rodea y me pregunta, me pide mi opinión, y luego se esconde o sigue su camino.
Sí, lo admito. “No estoy muerta, señor, sino herida”. Y ahora me voy a la cama. Para nadie se queda hoy el perfume de mi oscura magnolia.
Referencias interesantes:
1.- El divan del Tamarit, Federico García Lorca. Gacela I: Del amor imprevisto : “Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientre…”. Qué verso tan magnético, qué hechicero Lorca con las palabras
2.- Instrucciones para blindar un corazón, Jose María Parreño. Precioso poemario de amor de este autor ganador del Premio Adonais de Poesia
3.- Orlando, Virginia Woolf. Orlando ha sido un personaje presente siempre para mi, incluso antes de haberlo leído.
3.- Orlando, Sally Potter. Brillante combinación, la de Tilda Swinton, Sally Potter y Virginia Woolf.
4.- Amanece que no es poco, Jose Luis Cuerda. Ya he dicho muchas veces que esta película me parece una maravilla
5.- Christiane F, Uli Edel. Me gusta la estética, y Bowie claro. De este director muy interesante también Last Exit to Brooklyn
6.- Dulce pájaro de juventud, Richard Brooks, sobre la novela homónima de Tenesse Williams. Cómo es Tenesse Williams….
7.- Two lovers, James Gray. Mi nuevo artista favorito. Director neoyorkino con cuatro películas que son cuatro obras de arte: Little Odesa, The yards, We own the night y Two lovers.
8.- Una forma de hablar, María Rodés. Mi último descubrimiento musical.
http://www.myspace.com/mariarodes
9.- Damien Hirst, artista británico con rango de celebrity.
http://www.myspace.com/mariarodes
9.- Damien Hirst, artista británico con rango de celebrity.
( La descripción de Lolita Palma y el personaje, claro, pertenece a El asedio, última novela de Pérez Reverte)
El amor te rodea por todos los flancos pero se esconde cuando intentas encontrarlo? A veces es así: cuanto más desesperadamente lo buscas, no aparece ni a tiros...
ResponderEliminarSuele ser habitual que la chispa salte cuando uno menos se lo espera, cuando está distraido. Y entonces pone tu mundo del revés.
Estoy de acuerdo contigo en que la gente infravalora el poder de un buen abrazo: por qué tenemos tanto miedo al contacto físico? Si es muy necesario (cuando vaya a la ciudad yo te daré un buen abrazo con palabras de everything is gonna be all right! No será lo mismo que si te lo diera tu corsario pero será un abrazo para recomponer las fuerzas).
Que los del INEM no te ganen esa batalla, Lullu mía, plántales cara! Nada de rendirse sin luchar.
Un besito muy cariñoso, guapa.
Muak.
Je t'aime totalment, tendrement, tragicment.Le mepris, de Jean Luc Godard. Mira la escena y verás y sentirás la inquietud que crece de forma irracional. Es una película que a los piratas nos desazona, nos desazona porque entendemos lo que está pasando. Por eso sufrimos, navegamos y sobrevivimos. Al abordaje Lullu. Sígueme!
ResponderEliminarWonderful Lullu... as usually!
ResponderEliminarLullu, me encanta esa facilidad que tienes para narrar tu vida. Con lo que me cuesta a mí.
ResponderEliminarY sólo la frase: "Y me vuelvo sola pero me traigo su abrazo conmigo", merece por si toda una entrada. Entiendo que no quisieras que te acompañase, pero, hija, un repasillo nunca viene mal... :)
El amor es lo que nos redime. Y lo único por lo que realmente merece la pena vivir (bueno, las alcachofas y las avellanas también). Yo no tengo dudas al respecto.
ResponderEliminarEscribí una entrada para mi antiguo blog titulada "beso o abrazo", que nunca llegué a publicar, porque me daba vergüenza (no me gustan las demostraciones públicas de afecto, incluso las virtuales). Intentaba en el texto decidir qué es más satisfactorio, un beso o un abrazo y concluía que ambos y ninguno, todo depende del momento. Si me preguntas ahora, te diría que un abrazo. Si me hubieses preguntado ayer, cuando estaba aún en Atlanta, te hubiese dicho que un beso. Por cierto, en Atlanta las magnolias no eran oscuras sino blancas, los árboles rebosaban de flores.
Me he pasado media vida en el 27 y la otra media en un taxi Castellana arriba o abajo. Para mí, que soy madrileño, Madrid es la Castellana. Ahí nací y viví, en la parte alta, donde aún siguen mi madre y mis hermanos. Mi chico no lo comprende, él ve la Castellana como una autopista, a él le gustan las calles pequeñas del centro, donde Madrid es un pueblo. A mí también me gustan las callejuelas, pero no hay nada como las hileras de acacias y plátanos del verdadero río que corta la ciudad de norte a sur. Ningún autobús mejor para ver gente que el 27. Aún recuerdo cuando era tranvía, no te cuento más...
Al leer la referencia a James Gray he pensado que te referías al escritor James Frey, el que se forró vendiendo una supuesta autobiografía que en realidad se había inventado y tuvo que pedir perdón. Al parecer no era un yonqui descosido, que era como se reflejaba, se lo inventó todo. A mí me cae mucho mejor desde que me enteré que todo era falso. Además me resulta un tipo muy atractivo, me van los tipos de aspecto brutote, no lo puedo remediar.
Te comprendo muy bien. El estigma de ser un niño bien, algo que no creo haber sido (que de niño ya poco), me ha perseguido toda la vida, de hecho no me dieron una beca a la que aspiraba con desesperación porque "tenía demasiada buena pinta", mejor en todo caso que el otro candidato (que además era hijo de noséquien). En el fondo, mucho mejor. Si me la hubiesen dado, mi vida habría ido por derroteros muy distintos, y a pesar de los enormes altibajos, estoy contento con como ha sido y como es.
Me vuelve loco Orlando, tanto el libro como la película. Me encanta la fluidez sexual que refleja. Detesto a Damien Hirst la celebrity, pero me parece, a pesar de sí mismo, un artista fenomenal, de los que pasarán a los libros. Y gracias por María Rodés. Siempre he sido fans de Doris Day, cómo no me iba a gustar la canción.
Menuda entrada.
Muchos besos (y abrazos).
Café Olé, me encantará recibir ese abrazo tuyo! De hecho, verte por aquí leyendo mis entradas es el mejor de los abrazos que puedo imaginar. Al amor y a mi nos gusta jugar al ratón y al gato, pero no puedo negar que nos entretenemos bastante mientras jugamos. Espero que tengas una semana estupenda. Un beso y un abrazo!!
ResponderEliminarPirata Barrera, preciosa escena, y por supuesto que te sigo. Al abordaje!
Manuel, me encanta lo que me dices. Contar historias me gusta casi tanto como que me las cuenten. Y si a ti te gusta como las cuento, pues me parece el mejor de los piropos y de los abrazos. Qué bueno que te guste esa frase del abrazo puesto. Por cierto, que no descarto el repasillo, ;-)
CH, Thank you so much...I love your manner of travelling!!!
Squirrel, tendremos que tomarnos ese cocktail alguna vez para hablar de un montón de cosas. Doris Day es tremenda. Esa canción la cantaba mi madre cuando yo era pequeña, y oírla a quién sea, de entrada me gusta. La versión de Doris Day es maravillosa, y creo que la de Maria Rodés también, me alegro de que te haya gustado.
Ambas Orlando son una maravilla. La historia, el personaje, todo. Y por supuesto, Tilda Swinton, y la querida Virginia. Me gusta mucho lo que me dices del 27 y la Castellana. Cuando lo escribí y volví a leerlo pensé que era una tontería. Que decir que subirme a un taxi y recorrerla desde Atocha hasta Plaza Castilla es uno de los grandes placeres que me da esta ciudad sonaba un poco a flipada. Pero tú también lo ves así, y me encanta. Y me gusta más aun eso que dices de que es el río que atraviesa la ciudad. Yo siempre estoy diciendo a la gente cuando hablo de barrios y lugares, para situarlos, que están en la orilla izquierda o en la orilla derecha de la Castellana.
No había oído hablar de ese James Frey, pero me encanta lo que cuentas de él. Lo busco enseguida. De James Gray todas las pelis me gustan, pero We own the night me enloquece, si no la has visto ya tienes que verla y me cuentas. Two lover acaba de estrenarse aquí con muy buenas críticas, aunque ya tiene casi 2 años.
Cuánto tenemos en común, me quedo con tus besos y tus abrazos.
hola Lulú
ResponderEliminarme encanta leerte
es decir,que de veras me encanta lo que escribes
el AMOR es maravilloso,pero te entiendo
cuídate mucho y que la fuerza te acompañe
un fuerte abrazo extra iluminado desde el Bierzo profundo hoy con tormenta espesa
Muchas gracias, Bruno. A mi me encanta que te encante. Tú entiendes muy bien lo que uno disfruta haciendo algo que le gusta. No hay más que ver tus obras. Así que que me digas que te gusta leerme hace que me llegue muy claramente la fuerza de tu abrazo extra iluminado.
ResponderEliminarPor aquí, también día de tormenta rara.
Un beso desde la ciudad
Llevo varios días pensando en que contestarte, Lullu. Me dejas siempre sin palabras con tu capacidad para expresar tus sentimientos.
ResponderEliminarUn beso, con abrazo incluido, fuerte!
Muchas gracias, MCarmen, el dejarte sin palabras me lo puedo tomar como un cumplido, no?
ResponderEliminarTambién me quedo con tu abrazo!
I feel so lucky!! What a bunch of good hugs I got from my writing. So I´ll keep on...
para estos casos:
ResponderEliminarBenjamín Biolay
;)
Qué pena, me lo perdí...donde andas, que estas perdido?
ResponderEliminarBueno, estar herida no está mal, después de todo.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog.
Muchas gracias, Borde. Me alegro de verte por aqui.
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