miércoles, 1 de julio de 2009

One of those things


No voy a hacer una crítica a la usanza de La verguenza. Para eso ya están todos los periódicos, revistas y blogs especializados en cine, muchos de los cuales han coincidido en que es una buena película. Mi texto va a ser un poco Another side of La verguenza. Es decir, voy a contar qué me toca a mi de esta peli, su significante real para mi, y voy a dejar mis verguenzas, mi lado turbio, que es de lo que el escritor de la peli parece que habla, para otros textos, que de eso ya tengo material recopilado para tirar un buen rato. Resumiendo, que voy a hablar de Norma, una de las actrices protagonistas de la película.

A veces me vuelvo un poco supersticiosa y creo religiosamente en aquello que decía Cortázar, que el azar es lo menos casual de nuestras vidas, porque estoy convencida de que mi encuentro con Norma sí es fruto del azar, pero no es casualidad.

Norma es de las mejores cosas que me han pasado en esta ciudad.Si tuviera que hacer una lista de las Top Ten canciones que ilustren y describan mi vida desde que llegué a Madrid, como sin duda haría el personaje de High Fidelity, Norma sería una de las primeras canciones, y no por ser de los primeros acontecimientos en el tiempo,que lo es, sino por lo significativo.

Si empiezo a decir "érase una vez dos chicas que eran camareras en un bar, que trabajaban sacándose la mierda a 8 euros la hora, que conectaron desde el primer segundo, que disfrutaban mucho juntas y compartían sueños que parecían muy lejanos" sé que sonara a cuento ya contado.¿No se quejaba de eso Rick cuando Ilsa, de todos los bares y locales del mundo, aparecía justo en el suyo? Bueno, pues aunque suene a cliché la historia es cierta.

No sabría nombrar exactamente qué es lo que hace que dos personas que nunca se han visto antes se miren y sepan que tienen todo un universo en común. Lo que sí sé es describir el proceso de reconocimiento. Referencias vitales que van apareciendo,un común sentido del humor , pelis y libros que te tocaron, compartir muchas canciones que te emocionan, y así,sin pretenderlo,van surgiendo palabras atropelladas como puentes entre las dos, frases que comienza una y acaba la otra. Descubres a tu semejante, y en él, tu propia pasión y fuerza, la dulzura que también tienes,una pequeña malicia, un modo similar al tuyo de mirar y apreciar lo que te rodea,y la incansable capacidad de desear.Por decir algunas cosas, así, en plan abstracto y poético.

Norma y yo coincidimos por primera vez trabajando en La musa de Malasaña y luego continuamos juntas por un tiempo en La musa latina.Curioso el nombre del bar, ¿no? Curioso también el lugar de encuentros que es el mundo Musa.

- ¿Tú quién eres?
- Yo soy Lullu
- ¿Y qué haces por aquí, Lullu?
- No lo sé muy bien, es lo que estoy pensando, hay cosas que quiero hacer

(Joder,lo que me está costando deshacerme de este maldito eufemismo)

- ¿Y tú?
- Yo soy Norma. Y soy actríz.

( Así es ella, clara, precisa y directa. ¿Para qué pasar por la Z cuando se puede ir de la A a la B directamente? )

De esta manera, yo, que no tenía ningún tipo de inclinación por los actores y su mundo ( Es más, al contrario. Me encanta las pelis, pero los actores fuera de ellas no tanto ) me encontré cuatro años después de este momento viviendo uno de los días más intensos de mi vida rodeada justamente de actores, de actrices, de aspirantes a actores y a actrices, de directores y guionistas, de chicas guapas rondando a Julio Medem supongo que para ver si las saca en su próxima película donde siempre saca a las chicas guapas ( que conste que me gusta Julio Medem), admirando a menos de dos palmos al ídolo sexual de juventud de mi hermano, Ana Alvarez, bellísima y acompañada del tipo con el nombre más cool que he oído en mucho tiempo, Chapero Jackson (¿Cómo se puede llamar alguien así? Y qué bien su defensa del formato corto que tanto me gusta), pisando con mis tacones a Joaquín Climent,queriendo decirle que sentía mucho haberle pisado y que es uno de los actores de este país que más me gusta( al final solo le dije que sentía mucho haberle pisado ),y acto seguido escondiéndome en el baño con Norma para liarnos un pitillo con un poquito de tila y comentar las mejores jugadas.

Era en aquel cuarto de baño donde queríamos encontrarnos cuatro años atrás, celebrando su sueño, que yo consideraba también un poquito mio, porque parte de ella está en mi. "¿Sabes quién ha venido a felicitarme por mi trabajo en la peli?" Y entre risas, allí las dos, escondidas en el baño, me nombraba personajes que apenas unos meses atrás solo existían en nuestro imaginario "¡¡No me digas!!¡Joder!¡Qué fuerte!"

Pero por otra parte, no me extraña. Apenas una hora antes, en la enorme pantalla de los cines Kinépolis, en la frontera de Madrid con el fin del mundo, donde fué el preestreno de la película, Norma nos había dejado a todos boquiabiertos.Yo iba dispuesta a que me gustara de cualquier modo. Es mi amiga y tengo un sentido siciliano de la amistad. Pero la verdad es que me sorprendió. Poquito a poco, con sus tomas silenciosas, y de pocas palabras al principio, y luego con la historia que iba desempolvándose y los diálogos que iban creciendo, con esa voz suya tan reconocible,su personaje iba ocupando la historia, su presencia la pantalla, y ,como pirata de los Mares del Sur que es, ella, haciéndose con el botín.

Este botín, que recién empieza a desenterrar,es el resultado de un arduo, largo y planeado abordaje. Norma no lo concebía de otra manera. "Es que yo soy actríz. No concibo mi vida sin actuar". Así que todo era cuestión de tiempo. Antes de Madrid, cuando empezó a sembrar con trabajos en teatro y televisión en Perú, antes de Londres, donde conoció al director de la peli cuando estudiaban juntos en una escuela de cine, y antes del rodaje aquí, cuando la ciudad la quería pero era un poco canalla y la hacía ganarse le vida en ocupaciones varias.

Conmigo la cosa es un poco más confusa. "¿ Quieres explicarme por qué carajo conoces toda la filmografía de Stockard Channing y de Catherine Keener si no te dedicas al cine?" Algo así me decía ella.

Compartíamos una jornada laboral en el bar de jueves por la noche a domingo por la tarde.Peleábamos las noches fabricando mojito por segundo, picando hielo en bolsas de basura a golpe puro contra el suelo, desternilladas de la risa,y disfrutábamos juntas como si trabajar fuera estar de marcha, en parte gracias a esas dos grandes mecenas de la fiesta nocturna madrileña que eran las encargadas del bar y ahora co-propietarias ( Berta y Odette, nuestras amitas ).

El resto de la semana,ella llevaba cursos y talleres de interpretación y hacía cosas de métodos y todo eso que hacen los actores, y yo me sumergía en el mundo de la empresa fingiendo que podía llegar a ser una ejecutiva responsable, pero estábamos en contacto. Sabiendo que yo pertenecía al Departamento Internacional,las secretarias y recepcionistas de mi empresa no encontraban nada raro en pasarme por e-mail mensajes del tipo " esta mañana cuando estabas en la reunión te llamó Tilda Swinton". Já!

Sé que hay momentos en los que la inseguridad intenta hacerle trampas,pero en esos momentos es justo cuando ella se pone a trabajar.Se sube a un escenario, estudia, se pone a prueba delante de una cámara. Hemos hablado mucho de casi todo. Con Norma cerca me da la impresión de que es posible hacer lo que uno quiere. Ella despide eso que los franceses llaman "joie de vivre". Entre nosotras pasan años, océanos, personas y ciudades. Y eso no cambia nada. Espero que nuestra historia vaya para largo. Ella será la gran actríz que ya es y yo lo contaré. Y espero también que tenga bastante movimiento, como esa canción de Cole Porter, One of those things.



P.D: Esta es la película que yo he visto. Tendré que ir al cine otra vez para ver la peli que ha hecho el director.

Hay que ver La verguenza!!!!

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